MEMORIA DE LA NATURALEZA: EL RITMO DE LA VIDA
por Diógenes Ballester

Diógenes Ballester: Manifiesto de un Arteologista

Introducción


Todo artista, en el proceso de crear arte, es también un estudiante y un estudioso del arte, la historia, la cultura y la filosofía. El artista que se compromete conscientemente a esta multiplicidad de roles podría ser considerado un "arteologista." El proceso de un arteologista difiere del de un arqueólogo en que lo descubierto también se transforma. Como un egregor o un griot, un arteologista ayuda a fermentar y madurar las conexiones que en el arte contemporáneo están vinculadas a la identidad cultural, el sentido histórico y la transformación espiritual. En este sentido soy un "arteologista".


Me considero un emigrante de Puerto Rico a los Estados Unidos, y he vivido en París y en otras partes de grandes metrópolis post-industriales del mundo occidental y oriental. Las diferentes etapas de la globalización que he encontrado en estas migraciones han reconfigurado mi lenguaje artístico. Se ha convertido en un lenguaje que habla de la fragmentación y el desplazamiento del emigrante, que constituye la diáspora multicultural que se reafirma diariamente para millones de exiliados, refugiados y emigrantes trabajadores que constantemente son mutados como individuos multipolarizados. Como nota, actualmente Puerto Rico está experimentando una emigración masiva desde la isla, secundaria a la actual crisis económica.


Mi trabajo examina la historia transcaribeña y transnacional con el fin de ayudar a localizar y reconstruir puentes con nuestro pasado que puedan anclarnos en un futuro más colectivo. Este proceso me ha demostrado la necesidad de una nueva mitología para el siglo XXI.


La mitología multipolar del mundo globalizado del siglo XXI debe ser construida a partir de una conciencia, de una mente colectiva y una comunicación intercultural. Los fluidos de la energía y la memoria cultural que circulan en el mundo del Caribe, esos procesos sincréticos de luchas y reafirmaciones que nos conectan a todos, y la secuencia de sonidos que podemos derivar al escuchar códigos antiguos podrían proporcionar un modelo para desarrollar esta nueva mitología.


Quiero hablar aquí de la globalización, como el despliegue de un sistema de producción de los símbolos y los bienes materiales. Los poderes de la producción simbólica, religiosa, artística, política e intelectual, continúan siendo sometidos e integrados en el aparato económico de acuerdo a sus propios criterios industriales y comerciales. Una forma clave de esta interacción se lleva a cabo por medio de varias formas de arte, particularmente de los nuevos medios de comunicación, que son utilizados predominantemente por el poder económico.


Sin embargo, el arte, y en particular los nuevos medios de comunicación permiten a las demás voces co-crear y transmitir sus experiencias a un público más allá del espacio físico habitado. El resultado de esta fertilización del cruce intercultural nos permite a aquellos de nosotros que funcionamos como arteologistas no sólo crear y desplegar símbolos llenos de significado, fomentar la creatividad y la imaginación, sino también desafiar las exclusiones de corrientes dominantes de la producción del conocimiento y de la realidad.


Manifiesto de un Arteologista


El arteologista es como el ave Fénix recién nacida que guarda los restos de sus ancestros en un lugar sagrado antes de iniciar el viaje hacia una nueva era. El arteologista medita sobre la realidad observando y escuchando la verdad arraigada en el pasado, el presente y el futuro.


Los artistas siempre investigan y estudian sus formas de arte. Formal o informalmente, estudian sus conceptos artísticos y los procesos estéticos, incluyendo el contenido y el mensaje que desean transmitir.


La investigación de artefactos culturales puede tomar varias formas: la experimentada, la observada o la empírica. Y aunque algunos de los métodos menos empíricos son claramente subjetivos, sabemos que incluso el empirismo presupone (o impone) una visión del mundo.


Junto con las destrezas de un investigador, existe el aspecto creativo y artístico de la obra. La concepción del arte y su producto necesita elaborar las historias narradas y ser parte de su significado.


La instalación no es sólo un objeto. Incluye toda la energía que fluye alrededor de la construcción. Moviliza, articula y toma diferentes formas. Parte de mi proceso creativo está en experimentar el sentimiento y el sentir de la energía que pasa a través de mi mente, cuerpo y espíritu. Mientras estoy creando estas instalaciones, me conecto con la fluidez y la dinámica implicada en el gesto de contar una historia, la historia de significado intercultural en relación con los elementos fundamentales de la vida. Siento que mi ser está fluyendo; lo percibo en mí y en todo el espacio. Este tipo de percepción se relaciona con los sentidos y es parte de una visión que implica la teoría y la praxis.


El objetivo es traducir en una percepción estética una visión dialéctica que sigue la respiración de nuestra historia.


Conclusión


Una de las funciones del arteologista es descubrir, investigar, extrapolar significado, y ofrecer una perspectiva reconfigurada de lo que se ha quedado atrás como artefactos. Espero que esta presentación les haya dado un sentido de mi trabajo como arteologista.


He sido bendecido como puertorriqueño con una rica herencia religiosa, cultural, política y familiar. Esta herencia que invita a la curiosidad e investigación. Estos son los factores que me interesan, y que utilizo para expresar mi creatividad. Estas son las memorias intrínsecas a estos proyectos de arte de instalación.


Mi trabajo intenta comprender, reconfigurar y re-contextualizar mi historia / nuestras historias. Se manifiesta como altares integrados que representan capas de experiencias y cultura. Estas instalaciones, al igual que mi búsqueda, se ofrecen no como un producto, sino más bien como un proceso. Deconstruyendo los hilos de la religión, la historia, el arte, la cultura, la política y la historia oral nos fortalece aún más como parte de la cadena de historia. Convertirse en un eslabón de esta cadena es tan importante como cortar las cadenas de la esclavitud.